El CRAS, mezclado con el porcentaje adecuado de agua (agua fresca, que nunca supere los 10 ó 12 grados en verano) provoca, por reacción química de alto poder, una enorme tensión expansiva, superior a las 7.000 TM. Generalmente son son suficientes de 500 á 3.000 TM para demoler todo tipo de roca y hormigón.
El CRAS produce la rotura:
- De una forma segura
- De una manera precisa
- Con vibración “0”
- Sin explosión
- Sin ruido de martilleo ni temblor
- Sin gases
- Sin chispas
- Sin problemas de accesibilidad
- Sin contaminación
- Sin atentados ecológicos
Además, no paraliza ningún trabajo en la obra.